27/05/2025

LAS NATURALES ETAPAS DE LA EXISTENCIA

ETAPAS DE VIDA REVELADAS 

POR EL NAISARGIKA DASA



 Entre los varios acierto presentados por la astrología védica encontramos el Naisargika Dasa, una secuencia de cualificación y designación temporal concebida como representativa de las naturales etapas de la existencia humana. 

Hoy, tal vez desplazado por un mayor interés en el uso del vimsottari dasa, entre una variada gama de otros tantos posibles recursos, me parece justo ponerlo en valor atentos al lugar que le diera Varaja Mijira (505-587 d.J.C.) en su tan mentada compilación titulada "Brihat Jataka".

 Mediante este esquema de dasas se pueden detectar específicas situaciones inherentes al desarrollo de facilidades y/o dificultades, mayormente relativas a la constitución y salud de los nativos, que han de condicionar su posible desenvolvimiento en la vida. Por tal motivo es de particular utilidad en astrodiagnosis, siendo por ello de interés como auxiliar del ayurveda.

 El orden de los dasas (períodos planetarios) es el siguiente: Luna, Marte, Mercurio, Venus, Júpiter, Sol y Saturno, teniendo cada uno 1, 2, 9, 20, 18, 20 y 50 años de duración, respectivamente. La forma en que se dividen los dasas en antardasas (sub-períodos) y pratyantardasas (sub-sub-períodos), etc. depende enteramente de las siguientes reglas:

1. Por posición: Serán considerados los planetas en orden de prioridad conforme habiten casas kendra (angular), panaphara (sucederte) o apoklima (cadente), respecto de la ubicación en la que se encuentra el planeta que preside el dasa, en la rasi chakra. Una vez individualizados estos tres grupos de planetas, en cada uno de ellos el orden de prioridad estará dado por su estado celeste por signo.

2. Por estado: Una vez individualizados los tres grupos de planetas gobernantes por su posición se los ordenará, en principio, priorizando la exaltación, el moolatrikona y el domicilio. En segunda instancia, tendrá prioridad el planeta con máxima longitud por signo, tal como son clasificados para determinar los charakarakas. A igual longitud eclíptica en grados, pues entonces se consideraran los minutos y segundos de sus respectivas longitudes en el rasi en donde cada uno se encuentre.

 

Una aproximación evolutiva a los períodos planetarios en el Naisargika Dasa:

Período de la LUNA: Su duración es de un año, señalando la dependencia del recién nacido de su madre, los cuidados recibidos, la alimentación, y la estimulación temprana que ha de configurar el modo futuro de reaccionar a estímulos condicionados.

Período de MARTE: De una duración de dos años, esta etapa culmina a los tres años de edad, señalando la necesidad de encontrar límites a la expresión unilateral de afirmación y dominio. Coincide con la fase sádico anal identificada por el Dr. Sigmund Freud. La motricidad se manifiesta de modo autónoma haciendo presentes los primeros golpes, el corte de los dientes y la aparición de un rival, en la muy usual figura de un hermanito, hacen de esta etapa un período lleno de grandes desafíos.

Período de MERCURIO: Su duración es de nueve años, extendiéndose a partir de los tres años cumplidos hasta los doce años de edad. Claramente este períodos se halla en correspondencia con el desarrollo de la lectoescritura en el ámbito de la educación básica que va del preescolar hasta completar la escuela primaria. Es condición esencial para que el niño se socialice y, por lo tanto, se adapte a la cultura de pertenencia. 

Período de VENUS: A partir de los doce años cumplidos, durante veinte años, hasta cumplir los 32 años se extiende la etapa venusina, la cual en su comienzo se corresponde con la pubertad. Mas luego vendrá el despertar sexual, la adolescencia, las primeras pasiones, la iniciación sexual y el posible establecimiento de un vínculo que, si todo marcha bien, podrá devenir en matrimonio.

Período de JUPITER: Desde los 32 hasta los 50 años, durante un período de 18 años, nos encontramos ante la potencial etapa de mayor expansión y crecimiento. Júpiter como significador universal de progenie promete el protagonismo de los niños y jóvenes, con la crianza de los mismos que ello supone. A su vez, nos situamos temporalmente en un lugar donde los seres humanos nos planteamos el sentido de nuestra existencia.

Período del SOL: Desde los 50 hasta los 70 años, durante dos décadas, cursamos la etapa de la consumación de nuestras posibilidades en lo relativo a la comprensión de la realidad del Alma. Profesionalmente arribamos a los logros y reconocimientos que nos han de posibilitar acceder al máximo estamento en la pirámide social. En este período es esperable priorizar el Ser en contraposición al tener.

Período de SATURNO: Esta etapa, la última de un ciclo humano de manifestación, se desarrolla desde los 70 hasta los 120 años. Aquí cursamos la última de las materias, aquella que nos enseña acerca de la inexorabilidad del paso del tiempo y de sus implicancias en el vehículo de manifestación temporal mediante el cual nuestra Alma vino a experimentarse y experimentar el mundo. La austeridad y disciplina nos han de preparar para abandonar el presente ciclo, pero fundamentalmente será la sabiduría lo que nos permitirá reintegrarnos en la unidad.

 

© 2025 Arq. Pablo M. Mauro

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